La cirugía oral moderna ha elevado el estándar de precisión, transformando técnicas que durante mucho tiempo se basaron en la fuerza.
La extracción dental, en particular, ha evolucionado hacia una filosofía de mínima intervención, donde el objetivo principal es la preservación de los tejidos para garantizar una curación óptima y el éxito de futuros tratamientos. Este enfoque, conocido como extracción atraumática, es hoy el estándar de oro en la práctica clínica.
Para dominarla, se requiere no solo una comprensión profunda de la biología, sino también un instrumental específicamente diseñado para la delicadeza y la precisión.
En Dental Shop, como especialistas en proveer soluciones para el profesional de la odontología, entendemos que la herramienta correcta es una extensión de la habilidad del clínico.
Por eso, hemos creado esta guía completa. Aquí analizaremos los principios, la técnica paso a paso y, fundamentalmente, el instrumental que te permitirá realizar extracciones atraumáticas con la máxima eficiencia y predictibilidad.
Contenido
La filosofía de la extracción atraumática
Para aplicar correctamente una técnica, es fundamental interiorizar su filosofía. La extracción atraumática no es simplemente un nuevo procedimiento, es una aproximación biológica que busca minimizar el trauma para facilitar los procesos de curación naturales del cuerpo, y todo empieza por el respeto a las estructuras anatómicas.
El objetivo: máxima preservación ósea
El hueso alveolar, que alberga la raíz del diente, tiene como única función sostenerla. Cuando un diente se extrae de forma traumática, fracturando las delicadas paredes de este hueso, el cuerpo inicia un proceso de reabsorción ósea rápido y significativo.
Esta pérdida de volumen puede comprometer la estética y, sobre todo, la viabilidad de colocar un implante de dimensiones ideales en el futuro. La filosofía atraumática busca extraer el diente de la forma más limpia posible para que el alveolo quede prácticamente intacto, preservando así el volumen óseo y gingival.
El rol clave del ligamento periodontal
El secreto de la técnica reside en la gestión del ligamento periodontal (LPD), el conjunto de fibras que une el diente al hueso. Las técnicas tradicionales se basan en expandir el hueso para romper esta unión.
La técnica atraumática, en cambio, se enfoca en seccionar estas fibras de manera precisa y sistemática con instrumentos finos. Al cortar el anclaje principal, el diente puede ser desplazado y extraído verticalmente con una fuerza mínima, evitando la fractura de las paredes óseas.
Beneficios para la cicatrización e implantes
Cuando se preserva el alveolo, los beneficios para el paciente y para el clínico son evidentes. El postoperatorio es significativamente mejor, con menos dolor e inflamación. Pero la ventaja más importante es la predictibilidad en la planificación de implantes.
Un alveolo intacto proporciona un lecho ideal para la colocación de un implante, reduce la necesidad de procedimientos de regeneración ósea y asegura un resultado estético final muy superior.
Instrumental para una extracción atraumática
Llevar a cabo esta filosofía de mínima intervención es imposible con herramientas diseñadas para la fuerza. Se requiere un arsenal de instrumentos de precisión, donde cada pieza tiene un diseño y una función específicos.
Periotomos y luxadores

Estos son los protagonistas de la técnica. Un periotomo de alta calidad se caracteriza por tener una hoja muy fina, afilada y ligeramente flexible, diseñada para insertarse en el estrecho espacio del ligamento periodontal y cortar las fibras.
Su función no es apalancar, sino seccionar. Por su parte, el luxador posee una hoja un poco más robusta, pero igualmente fina, y se utiliza para expandir suavemente el espacio creado por el periotomo, luxando el diente con sutiles movimientos de rotación.
Elevadores de fragmentos y microelevadores

En situaciones clínicas complejas, como la fractura de una raíz, este instrumental es indispensable. Intentar extraer un fragmento apical con un elevador convencional suele terminar en una expansión excesiva o fractura del hueso.
Los elevadores de fragmentos y microelevadores son instrumentos con puntas extremadamente finas y delicadas, diseñadas para acceder a espacios reducidos, enganchar el fragmento y retirarlo sin dañar las paredes del alveolo.
Fórceps de mínima invasión

Incluso los fórceps han sido rediseñados bajo esta filosofía. Los fórceps atraumáticos (a menudo llamados Physics Forceps) aplican un principio de palanca de primer grado.
Utilizan un punto de apoyo en la encía vestibular y aplican una fuerza de rotación lenta y constante en la cara lingual/palatina. Esta presión constante fatiga el ligamento periodontal, permitiendo que el diente se desplace coronalmente con una fuerza de agarre mínima por parte del operador.
La técnica atraumática paso a paso
Con el instrumental adecuado, el protocolo clínico se vuelve una secuencia lógica y predecible. Es un procedimiento que premia la paciencia y la precisión por encima de la prisa y la fuerza.
Paso 1: Análisis y sindesmotomía
Todo comienza con un buen diagnóstico radiográfico para evaluar la morfología radicular. Clínicamente, el primer paso es la sindesmotomía. Con una hoja de bisturí o la punta de un periotomo, se seccionan cuidadosamente las fibras gingivales que rodean el diente. Este paso es fundamental para liberar el tejido blando y obtener un acceso limpio al espacio del ligamento periodontal sin provocar desgarros.
Paso 2: Creación de espacio y sección del ligamento
Este es el corazón de la técnica, donde la calidad del instrumental brilla. Se introduce la punta del periotomo en el surco, siempre paralelo al eje largo del diente.
Con una ligera presión apical y movimientos controlados de vaivén, se comienzan a cortar las fibras del LPD. Es un trabajo metódico que se realiza en toda la circunferencia del diente, invirtiendo el tiempo que sea necesario hasta sentir que se ha creado un espacio significativo entre la raíz y el hueso.
Paso 3: Luxación progresiva y extracción
Una vez seccionado el ligamento, se puede introducir un luxador fino para empezar a aplicar fuerzas de rotación muy suaves. El profesional notará cómo el diente adquiere una ligera movilidad.
Solo cuando esa movilidad sea evidente, se usará un fórceps. El diente se sujeta sin aplicar una presión excesiva y se extrae con un movimiento de tracción mayormente vertical. La sensación debe ser la de «descorchar» el diente de su alveolo, no la de arrancarlo.
Consejos prácticos y errores a evitar
El dominio de la técnica no solo implica conocer el protocolo ideal, sino también saber cómo gestionar las dificultades y reconocer los errores comunes para poder evitarlos.
Manejo de raíces fracturadas
Una fractura radicular durante el procedimiento no es un fracaso, es una complicación clínica frecuente. En esta situación, es crucial mantener la calma y el enfoque mínimamente invasivo.
Es el momento de recurrir a los microelevadores o elevadores de fragmentos. Con buena iluminación, se localiza el fragmento y se retira suavemente.
En molares con raíces divergentes, una odontosección planificada (cortar la corona para extraer cada raíz por separado) suele ser un abordaje mucho más conservador que intentar extraer el diente en bloque.
El error de usar la fuerza
El error más común es perder la paciencia y recurrir al instinto de aplicar más fuerza. Si un diente no se moviliza, no es porque se necesite más presión, sino porque el ligamento no ha sido suficientemente seccionado. La solución siempre es volver al paso anterior: tomar de nuevo el periotomo y trabajar con paciencia para liberar el anclaje fibroso. Es un cambio de mentalidad fundamental.
Cuidados postoperatorios clave
Un alveolo preservado gracias a una técnica atraumática es el escenario ideal para la cicatrización. Tras irrigar suavemente, se puede considerar la colocación de un injerto óseo o una membrana para guiar la regeneración. Una sutura simple suele ser suficiente para estabilizar el coágulo y promover una curación rápida y con mínimas molestias para el paciente.
El siguiente nivel en cirugía oral
Adoptar la extracción atraumática es más que aprender un nuevo procedimiento; es una decisión que eleva el estándar de calidad de toda la práctica quirúrgica.
La curva de aprendizaje
Como toda técnica refinada, requiere práctica para dominarla. Los primeros casos pueden parecer más lentos, pero la inversión en tiempo y en el instrumental adecuado se traduce rápidamente en procedimientos más rápidos, seguros y predecibles. La clave es el compromiso con la filosofía de la mínima intervención.
Preparando el camino para el implante
En la odontología actual, toda extracción debe ser vista como una potencial preparación de lecho implantario. Realizar una extracción atraumática es el primer y más decisivo paso para asegurar el éxito a largo plazo de un futuro implante. Se simplifican los procedimientos posteriores y se mejoran drásticamente los resultados estéticos y funcionales.
La mínima intervención como estándar de oro
La filosofía de la mínima intervención es el pilar de la odontología moderna y de calidad. Aplicarla a la cirugía oral no solo demuestra excelencia clínica, sino un profundo respeto por el paciente.
Dominar esta técnica comienza con tener el instrumental adecuado en tus manos. La precisión, el filo y el diseño ergonómico de cada periotomo, luxador y elevador de fragmentos son los que te permitirán aplicar esta filosofía con total confianza y predictibilidad.
En Dental Shop, entendemos esta necesidad. Por eso, hemos seleccionado una línea completa de instrumental para cirugía mínimamente invasiva, diseñado para ofrecerte el máximo rendimiento y durabilidad.