Lo que más te llama la atención cuando vas al dentista es la cantidad de instrumentos y máquinas que encuentras en la clínica y que tienen como principal objetivo ayudar al profesional a cuidar tu boca.

Uno de los más importantes es el compresor dental, cuya función es la de producir aire comprimido que se almacena en un tanque a alta presión, con la finalidad de que pueda ser usado en cualquier momento.

Otro de los detalles que debemos destacar de esta máquina, es que el aire comprimido se traslada a los equipos dentales a través de una serie de tubos destinados a este fin.

En cuanto al funcionamiento de los compresores dentales es importante aclarar que consumen energía eléctrica para producir aire comprimido, con la particularidad de que deben contar con una potencia suficiente para generar el aire comprimido de una forma más rápida del que se consume en una clínica dental.

Por ello, existen una amplia variedad de modelos de compresor dental y, de esta manera, las clínicas dentales apostarán por aquellos modelos que mejor encajen con sus necesidades.

Características de los compresores dentales

El uso de compresores es muy habitual en muchos campos como en la industria o en la automoción, aunque es necesario aclarar que los compresores dentales cuentan con unas características particulares en cuanto a higiene y calidad de aire producido.

Por otra parte, podemos considerar al compresor dental como al «pulmón» de una clínica dental y es que la amplia mayoría de los tratamientos dentales requieren el uso de aire comprimido, de forma que es esencial que cada clínica cuente con un modelo que se adapte a sus necesidades.

En esencia, podemos decir que los compresores que se usan en una clínica dental no solamente deben ser de máxima calidad para poder ofrecer un excelente servicio, sino que además es importante considerar el tamaño y la potencia para poder satisfacer las necesidades que presenta cada cliente.

Tipos de compresores dentales

En la actualidad nos encontramos con diferentes tipos de compresores dentales, siendo esta una información que nos será de gran utilidad a la hora de entender como es el funcionamiento de estas máquinas que cuentan con tanta importancia en una clínica dental.

Compresores dentales en seco

Estamos ante el tipo de compresor dental más común en la actualidad y es que se trata de la mejor alternativa que tenemos a la hora de conseguir aire limpio sin contaminar.

Una de las principales particularidades de los compresores en seco, es que destacan por su precisión en la fabricación, cuyo objetivo es evitar que se generen residuos que acaben en el aire comprimido.

Además, es importante recalcar que cuentan con los cilindros y pistones revestidos con un material auto lubricante.

Compresores dentales con secador de aire

Otra de las opciones que encontramos en el compresor dental con secador de aire, cuya principal particularidad es que cogen el aire del ambiente para, posteriormente, comprimirlo y almacenarlo en un depósito para tal fin.

Quizá, uno de los inconvenientes que encontramos en este tipo de condensador es que el aire que se obtiene del ambiente cuenta con un porcentaje de humedad, aunque es cierto que una vez se comprime el aire conseguiremos disminuir la humedad.

Eso si, en caso de que el aire tuviera un grado alto de humedad, quedaría condensado en las paredes del depósito del compresor, por lo que tendríamos que vaciar de agua el tanque de forma habitual.

Una de las ventajas que tenemos en la actualidad es que tenemos modelos de compresores dentales que incluyen un secador de aire, que tiene la importante función de eliminar la mayor parte de la humedad del aire, antes de iniciar el proceso de la compresión.

Compresor seco o lubricado en aceite: ¿Qué opción es mejor?

Escoger el compresor dental ideal no siempre es una tarea sencilla, dado que son muchas las posibilidades que tenemos a nuestra disposición en la actualidad.

De este modo, una de las dudas más habituales es escoger entre un compresor seco o lubricado en aceite.

¿Qué opción es más aconsejable?

Sin duda, el compresor seco, dado que el aire producido será de mayor calidad.

Es cierto que la durabilidad de los compresores en seco era algo inferior en comparación con los compresores lubricados con aceite, algo lógico si tenemos en cuenta que el aceite es un excelente lubricante que tiene la capacidad para reducir la temperatura y el desgaste de las superficies.

Sin embargo, es necesario recalcar que, hoy en día, los compresores en seco que se fabrican son de máxima calidad y ello significa que tengan una duración similar, respecto a los compresores lubricados con aceite.

Por otra parte, otra de las dudas más habituales que tenemos a la hora de escoger un compresor dental es decidir si incluir un secador de aire.

Para dar una respuesta adecuada hay que tener en cuenta las condiciones de cada sitio, aunque, por norma general, es recomendable apostar por un modelo que cuente con secador de aire.

Por ejemplo, si tienes una clínica dental es un sitio de costa es muy probable que el nivel de humedad sea elevado. En caso de que la humedad no sea elevada, no será necesario incluir este elemento, con la ventaja de que el precio del compresor será inferior respecto a un compresor que incorpore un secador de aire.

De todos modos, hay que aclarar que un secador de aire puede usarse en cualquier situación y es un elemento que mejorará las prestaciones del compresor.

En definitiva, podemos definir el compresor dental como uno de esos instrumentos indispensables en una clínica dental.

Su función es básica en la amplia mayoría de las intervenciones que tienen lugar en una consulta dental.

De igual forma que sucede con el resto de los instrumentos que se usan en una clínica dental, son muchas y variadas las alternativas que tenemos a nuestra disposición a la hora de escoger un compresor dental, donde cada uno de estos tipos cuenta con una serie de características y particularidades.

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